El papel de la testosterona en la COVID-19 grave
Cuanto más bajos sean los niveles de la hormona, más severa será la enfermedad. Pacientes con concentraciones muy bajas en la sangre tienen mayor riesgo de usar un ventilador, necesitar cuidados intensivos o morir.
Las enfermedades por coronavirus han constituido un importante problema de salud pública durante las últimas 2 décadas, comenzando con la pandemia por SARS-CoV en 2002 hasta 2003, continuando con la epidemia del coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) en 2012 y, más recientemente, la actual pandemia de COVID-19. Con una combinación única de transmisibilidad y letalidad, la condición ha tenido un impacto dramático. Se sabe que los pacientes hospitalizados tienen más probabilidades de ser hombres que mujeres. Este dimorfismo sexual ha llevado a suponer que la hormona sexual masculina, la testosterona, puede ser un factor de riesgo asociado con la severidad y que el estrógeno podría ser protector. Sin embargo, las concentraciones de testosterona son muy variables entre los hombres y se ven afectadas por variables biológicas y estresores patológicos.
Esta investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, Estados Unidos, analizó la asociación de las concentraciones séricas de testosterona, estradiol y factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1, cuyos valores están regulados por la señalización de hormonas sexuales) con la gravedad de la COVID-19. Los autores llevaron a cabo un estudio de cohorte prospectivo utilizando muestras de suero recolectadas de pacientes que se habían presentado desde marzo hasta mayo de 2020 en el Barnes-Jewish Hospital, con COVID-19 (diagnosticados mediante hisopos nasofaríngeos).
Se midieron los niveles de testosterona, estradiol e IGF-1 en el momento de la presentación (es decir, el día 0) y los días 3, 7, 14 y 28 después de la admisión (si se permanecía hospitalizado). Las concentraciones hormonales iniciales se compararon entre aquellos con COVID-19 grave y con enfermedad leve. La secuenciación de ARN se realizó en células mononucleares circulantes para comprender el vínculo entre las hormonas circulantes alteradas y las vías de señalización celular.
De 152 pacientes (90 [59,2%] hombres; 62 [40,8%] mujeres; edad media [DE], 63 [16] años), 143 individuos (94,1%) fueron hospitalizados. Entre 66 hombres con COVID-19 grave, la mediana [rango intercuartílico] de las concentraciones de testosterona fue menor en el día 0 (53 [18 a 114] ng/dl frente a 151 [95 a 217] ng/dl; p = 0,01) y el día 3 (19 [6 a 68] ng/dl frente a 111 [49 a 274] ng/dl; p = 0,006) en comparación con 24 hombres con enfermedad más leve. Las concentraciones de testosterona se relacionaron inversamente con los niveles de interleucina 6 (β = −0,43; IC del 95%, −0,52 a −0,17; p <0,001), proteína C reactiva (β = −0,38; IC del 95%, −0,78 a - 0,16; p = 0,004), antagonista del receptor de interleucina 1 (β = −0,29; IC del 95%, −0,64 a −0,06; p = 0,02), factor de crecimiento de hepatocitos (β = −0,46; IC del 95%, −0,69 a −0,25; P <0,001) e interferón gamma inducible proteína 10 (β = −0,32; IC del 95%, −0,62 a −0,10; P = 0,007). Las concentraciones de estradiol e IGF-1 no se vincularon a la gravedad de COVID-19 en los hombres. Los valores de testosterona, estradiol e IGF-1 fueron similares en mujeres con y sin patología grave. El análisis del conjunto de genes reveló vías de señalización hormonal reguladas al alza en monocitos CD14+CD16− (es decir, clásicos) y monocitos CD14-CD16+ (es decir, no clásicos) en personas masculinas que necesitaron tratamiento en la unidad de cuidados intensivos.
En este estudio de pacientes con COVID-19, las concentraciones más bajas de testosterona durante la hospitalización se asociaron con una mayor inflamación y gravedad de la enfermedad en hombres. Las vías de señalización hormonal en los monocitos no eran paralelas a las concentraciones de hormonas séricas, y se requiere más investigación para comprender su asociación fisiopatológica con la condición.
