Cannabinoides para el dolor crónico: evidencia limitada
Esta es la primera revisión sistemática sobre las pruebas de efectividad de los cannabinoides para la afección no oncológica que incluye todos los tipos de estudios, junto con múltiples resultados.
Recientes revisiones sobre cannabinoides con fines medicinales han incrementado el conocimiento acerca de su eficacia en el tratamiento del dolor, aunque son limitadas en el caso de la administración para el dolor crónico no oncológico (CNCP, por sus siglas en inglés) y las conclusiones han sido contradictorias: algunas revisiones reportan efectos moderados a grandes, mientras que otras señalan efectos mínimos o ningún beneficio. Además, las publicaciones secundarias existentes son limitadas en su búsqueda de estudios sobre CNCP (por ejemplo, centrándose en tipos específicos de cannabinoides, o diseños de estudio). Lo anterior se suma a que ninguna revisión ha considerado todos los tipos de evidencia, las diferentes condiciones del CNCP a nivel individual, los efectos diferenciales de los distintos cannabinoides y la seguridad para el paciente con CNCP. Cada una de estas limitaciones reduce la comprensión de la evidencia sobre el uso de cannabinoides para tratar este tipo de dolor.
Esta revisión examina las pruebas de la efectividad de los cannabinoides en el CNCP y aborda los vacíos en la literatura mediante la consideración de diferencias en los resultados basados en el tipo de cannabinoide y de dolor; la inclusión de todos los diseños; y el seguimiento de las guías IMMPACT. Se hicieron búsquedas en MEDLINE, Embase, PsycINFO, CENTRAL y clinicaltrials.gov en julio 2017. Fueron elegibles 91 publicaciones que contenían 104 estudios (n = 9.958 participantes), incluidos 47 ensayos controlados aleatorios (ECA) y 57 estudios observacionales. Cuarenta y ocho examinaron el dolor neuropático, siete examinaron la fibromialgia, uno artritis reumatoide y 48 otros CNCP (13 afecciones relacionadas con la esclerosis múltiple, 6 dolores viscerales y 29 muestras con CNCP mixto o indefinido).
Entre todos los ECA, las tasas de eventos agrupadas (PER, del inglés pooled event rates) para la reducción del dolor del 30% fueron del 29,0% (cannabinoides) versus 25,9% (placebo). Se evidenció un efecto significativo para los cannabinoides; el número necesario a tratar para beneficiarse fue de 24 (IC del 95%: 15 a 61); para la reducción del dolor del 50%, las PER fueron del 18,2% versus 14,4%. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas. El cambio agrupado en la intensidad del dolor (diferencia de medias estandarizada: -0,14; IC del 95%: -0,20 a -0,08) fue equivalente a una reducción de 3 mm en una escala analógica visual de 100 mm mayor que en los grupos de placebo. En los ECA, las PER para los eventos adversos por todas las causas fueron del 81,2% versus 66,2%; número necesario a tratar para dañar: 6 (IC del 95%: 5 a 8). Finalmente, no se observaron impactos significativos sobre el funcionamiento físico o emocional, y se encontraron pruebas de baja calidad de mejoría del sueño y de la impresión global del cambio en los pacientes.
En resumen, las pruebas de la efectividad de los cannabinoides para el dolor crónico no oncológico son limitadas. Los efectos indican que el número necesario a tratar para beneficiar es alto, y el número necesario a tratar para perjudicar es bajo, con un impacto limitado en otros dominios. Finalmente, se sugiere que parece poco probable que los cannabinoides sean medicamentos altamente efectivos para este tipo de afección.
