Actividad física previene la fatiga en esclerosis múltiple
Un menor índice de discapacidad, una mejor condición física y una mayor actividad diaria predecían menores niveles de cansancio.
La fatiga es uno de los síntomas más comunes en los pacientes con Esclerosis Múltiple (EM), pero medir sus efectos en la vida diaria es un reto. Las herramientas más utilizadas y válidas son la Escala de Gravedad de la Fatiga (FSS) y la Escala de Impacto de la Fatiga Modificada (MFIS), que se correlacionan bastante bien entre sí. Muchos estudios asociaron a la fatiga, la EM y la discapacidad el uso de la Escala Expandida del Estado de Discapacidad (EDSS).
Un estudio dirigido por la Universidad de Finlandia Oriental descubrió que una mejor condición física y una mayor actividad diaria predecían menores niveles de fatiga en pacientes con esclerosis múltiple remitente-recurrente, EMRR. Un menor índice de discapacidad, también.
El objetivo era investigar la asociación de la fatiga con su actividad física medida con acelerómetro.
Para ello se utilizó una amplia gama de métodos de medición: la actividad física fue con un acelerómetro; la fatiga con dos medidores diferentes (MFIS y FSS), y mapeando la discapacidad (EDSS y MSFC), incluyendo diferentes pruebas de rendimiento físico.
Se observó que los pacientes cuyo nivel de discapacidad evaluado por la EDSS se situaba en el nivel de 0-2,5, es decir, moderadamente bajo, presentaban un nivel de cansancio superior al de los controles sanos, pero inferior al de los pacientes cuyo nivel era superior (EDSS 3-5,5).
Se halló una relación significativa entre la astenia y la discapacidad, y la actividad física.
Los resultados son interesantes y corroboran estudios anteriores. Los pacientes con EM deben encontrar una forma adecuada de ejercicio, teniendo en cuenta su discapacidad, que mantenga su capacidad funcional y reduzca la fatiga, señaló el equipo.
