Abordaje de las manifestaciones oculares en la artritis reumatoide
Las complicaciones visuales pueden ser la primera señal de la enfermedad en un tercio de los casos. Un manejo integral y la colaboración entre reumatólogos y oftalmólogos son clave para mejorar los resultados de los pacientes.
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune sistémica que afecta principalmente a la membrana sinovial de las articulaciones. Sin embargo, también puede presentarse fuera de estas, comprometiendo diversos órganos, incluidos los ojos. Las manifestaciones oculares pueden variar desde afecciones leves como la queratoconjuntivitis seca (QCS), también conocida como ojo seco, hasta complicaciones graves que amenazan la visión, como la escleritis y la queratitis ulcerativa periférica (PUK).
El Dr. Alejandro RodrÃguez GarcÃa, del Instituto de OftalmologÃa y Ciencias Visuales de México, lideró una revisión cuyo objetivo fue destacar la importancia de los hallazgos clÃnicos, los mecanismos patogénicos, el diagnóstico, el tratamiento y las complicaciones relacionadas con las manifestaciones oculares de la AR. El estudio buscó subrayar la necesidad de una colaboración interdisciplinaria entre reumatólogos y oftalmólogos para el manejo adecuado de estos pacientes.
Se realizó una búsqueda bibliográfica exhaustiva en bases de datos como PubMed, Embase, Web of Science y Google Scholar, abarcando artÃculos publicados hasta julio de 2024. La revisión incluyó editoriales, comunicaciones breves, informes y series de casos, asà como artÃculos originales.Â
Las manifestaciones oculares más frecuentes en pacientes con AR incluyeron el ojo seco (15-28%) y la epiescleritis (1-5%). La PUK (2%) y la escleritis, aunque menos comunes, también fueron relevantes. Es importante destacar que la afectación ocular puede ser la presentación inicial de la enfermedad en aproximadamente un tercio de los casos, lo que refleja la actividad subyacente de la AR.
El enfoque terapéutico varió según la manifestación ocular. El ojo seco se maneja con lágrimas artificiales e inmunomoduladores tópicos, mientras que la epiescleritis y la escleritis pueden requerir corticosteroides (tópicos u orales) y antiinflamatorios. En los casos de PUK, se necesita un enfoque agresivo con inmunosupresión sistémica.
Además, la presencia de autoanticuerpos como el factor reumatoideo (FR) o el anticuerpo anti-péptido cÃclico citrulinado (ACPA) se asocia con manifestaciones extraarticulares más graves. Por lo tanto, se resalta la importancia de un diagnóstico temprano para preservar la visión y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En resumen, las diversas manifestaciones inflamatorias oculares en pacientes con artritis reumatoide pueden indicar tanto la presentación inicial de la enfermedad como el estado de la actividad extraarticular, lo que requiere una evaluación integral y un tratamiento adaptado. Un enfoque multidisciplinar que incluya a reumatólogos y oftalmólogos es esencial para prevenir complicaciones que pongan en peligro la visión y optimizar la calidad de vida de los pacientes, ajustando las terapias desde el manejo tópico hasta la inmunosupresión sistémica según sea necesario.
Fuente bibliográfica
Ocular inflammatory manifestations in patients with rheumatoid arthritis
Ruiz-Lozano RE, et al.
https://doi.org/10.1016/j.reumae.2025.501891
