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09 Julio 2007

Epidemiología

Bebedores de té padecen menos cáncer de piel

El estudio apoya las recientes hipótesis que el consumo regular de té se puede asociar a un riesgo reducido de tumores tipo no melanoma, especialmente de carcinoma de células escamosas. Acumular datos epidemiológicos y experimentales respecto a los efectos del té permite en última instancia una mejor comprensión de la prevención y las causas de este tipo de enfermedades.

En las últimas dos décadas, se ha observado un aumento dramático en la incidencia del cáncer de piel no melanoma (CPNM). Se estima que más de un millón de casos se diagnosticaron en los Estados Unidos durante el 2005. Debido a la considerable cantidad de recursos médicos necesarios para tratar el CPNM, la identificación de métodos preventivos es cada vez más importante. El principal factor medioambiental en el desarrollo del CPNM es la exposición a la radiación ultravioleta, que genera especies reactivas de oxígeno y radicales libres, los cuales dañan una considerable variedad de moléculas celulares. Se sabe que los componentes del té poseen características protectoras y son capaces de inhibir la inducción de tumores de piel en modelos animales. El té verde y negro derivan de la misma planta, Camellia sinensis, después las hojas son tratadas por diferentes periodos de tiempo. Ambos contienen polifenoles, antioxidantes que “limpian” las moléculas reactivas de oxígeno y de nitrógeno, y unen las proteínas. El té verde contiene una proporción más baja de cafeína, y un porcentaje más elevado de polifenoles. En cambio, el negro posee sobre todo teaflavinas, responsables del sabor y del aroma, tearrubiginas, y una concentración más alta de cafeína.

Para explorar la asociación entre el consumo regular de té (más de una taza al día durante a lo menos un mes) y la incidencia de carcinoma de células escamosas (CCE) y basocelular (CBC), Judy R. Rees y colaboradores (Toronto, Ontario, Canadá), realizaron un estudio en 770 individuos con CBC, 696 con el CCE y 715 controles.

Después ajustar para edad, género e historial de quemaduras dolorosas de sol, el consumo constante de té estuvo significativamente asociado a un riesgo más bajo de CCE (riesgo [R] = 0.70; intervalo de confianza del 95% [IC] 0.53-0.92), especialmente entre los bebedores a largo plazo (más de 47 años de ingesta: CCE, R = 0.49; IC del 95% 0.29-0.83; P = 0.008) y entre quienes consumían más de dos copas al día (R = 0.65; IC del 95% 0.44-0.96; P = 0.013). Después del ajuste para la edad y sexo, beber té de forma regular tuvo una relación más débil respecto al peligro de CBC (R = 0.79; IC del 95% 0.63-0.98).

En conclusión, estos resultados apoyan la existencia de una asociación inversa entre el consumo de té y la carcinogénesis de piel.

Fuente bibliográfica

J Am Acad Dermatol. 2007 May; 56(5):781-5

Ciencia y Medicina

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