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22 Mayo 2007

Cardiología

Intervención coronaria percutánea no reduciría mortalidad

Este trabajo comparó la terapia médica óptima sola y en conjunto con la intervención coronaria percutánea como estrategia inicial de manejo en pacientes con enfermedad arterial coronaria estable. Si bien la adición de la ICP a la terapia médica redujo el predominio de angina, no disminuyó los índices de mortalidad, de infarto de miocardio no fatal y de hospitalización.

En los pacientes con una arteriopatía coronaria estable, sigue sin estar claro si la estrategia terapéutica inicial consistente en practicar una intervención coronaria percutánea (ICP), administrar farmacoterapia intensiva e intervenir sobre el estilo de vida (terapia médica óptima) es superior a la terapia médica óptima sola en cuanto a la reducción del riesgo de acontecimientos cardiovasculares.

Cardiólogos del Hospital General de Búfalo en Estados Unidos, realizaron un ensayo aleatorizado en el que participaron 2.287 pacientes que presentaban signos objetivos de isquemia miocárdica y arteriopatía coronaria significativa en 50 centros de los EE. UU. y Canadá. Entre 1999 y 2004, se asignaron 1.149 pacientes a someterse a una ICP junto con la terapia médica óptima (grupo ICP) y a otros 1.138 con terapia médica óptima sola (grupo con terapia médica). El criterio principal de valoración fue la muerte por cualquier causa y los infartos de miocardio no mortales durante un periodo de seguimiento de entre 2.5 y 7 años (mediana: 4,6).

Se produjeron 211 acontecimientos primarios en el grupo con ICP y 202 en el grupo con terapia médica. Las tasas acumuladas de acontecimientos primarios al cabo de 4.6 años fueron del 19% en el grupo ICP y del 18.5% en el grupo con terapia médica (razón de riesgo instantáneo para el grupo ICP: 1.05; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0.87 a 1.27; P = 0.62). No se observaron diferencias significativas entre el grupo con ICP y el grupo con terapia médica en el criterio compuesto de muerte, infarto de miocardio y ACV (el 20% frente al 19.5%; riesgo: 1.05; IC del 95%: 0.87 a 1.27; P = 0.62); hospitalización por síndrome coronario agudo (el 12.4% frente al 11.8%; razón de riesgo instantáneo: 1.07; IC del 95%: 0.84 a 1,37; P = 0.56); ni infarto de miocardio (el 13.2% frente al 12.3%; riesgo: 1.13; IC del 95%: 0.89 a 1.43; P = 0.33).

En conclusión, como estrategia terapéutica inicial en pacientes con arteriopatía coronaria estable, la ICP no redujo el riesgo de muerte, infarto de miocardio ni otros acontecimientos cardiovasculares graves cuando se usó junto con la terapia médica óptima.

Fuente bibliográfica

N Engl J Med 2007; 356:150316

Ciencia y Medicina

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