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15 Noviembre 2004

Analgesia

AINEs muestran mejor eficacia que opiáceos en el manejo del dolor por cólico renal agudo

Revisión sistemática demuestra que los los antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) tienen mejor eficacia que los opiáceos para eliminar el dolor por cólico renal agudo. Además, demuestran tener una menor incidencia de acontecimientos adversos.

El cólico renal, caracterizado por el inicio repentino de dolor severo, comúnmente es causado por el paso del cálculo a través de la zona urinaria. Tiene una incidencia anual de alrededor de 16 por 10000 personas. El dolor se debe a la obstrucción del flujo urinario, con subsiguiente aumento de presión sobre la pared del tracto urinario. El incremento de la fuerza en la pelvis renal estimula la síntesis y la liberación local de prostaglandinas, además la subsecuente vasodilatación induce a diuresis que también aumenta la presión intrarenal. Las prostaglandinas actúan igualmente de forma directa en el uréter para inducir el espasmo del músculo liso. Como la mayoría de los cálculos renales pasan espontáneamente, el manejo crítico debe centrarse en la eliminación rápida del dolor, en la confirmación del diagnóstico y en el reconocimiento de las complicaciones que requieran de intervención inmediata. Tanto los antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) como los opiáceos proporcionan la eliminación del dolor en un cólico renal agudo. Los opiáceos tienen la ventaja del ajuste de dosis, de la potencia y de la familiaridad, pero presentan problemas de dependencia y comportamiento. Los opiáceos no actúan directamente sobre la causa del dolor y necesitan ser administrados parenteralmente, lo que puede limitar su utilidad. Los AINEs actúan directamente sobre la liberación de las prostaglandinas (la principal causa del dolor) demostrando ser muy eficaces, particularmente cuando se utiliza la vía intravenosa. Sin embargo, comparado con los opiáceos, generalmente no son titulables, presentan reconocidos efectos secundarios (falla renal y hemorragia gastrointestinal), siendo ser menos rápidos y potentes en su acción. Un meta-análisis de 1994 sugirió que los AINEs son a lo menos tan eficaces como los opiáceos en el manejo de los cólicos renales agudos pero ese estudio no comparó específicamente la eficacia entre ambos tipos de drogas.

Los opiáceos y los AINEs actualmente son recomendados para el cólico renal agudo, ya sea solos o en combinación. La elección del medicamento se basa en la preferencia del médico, la experiencia personal y la cultura institucional. Dos estudios que examinaron el efecto combinado de opiáceos y AINEs arrojaron contradictorios resultados, y no existe evidencia actualizada de que los AINEs reduzcan la cantidad de opiáceos requerida para el control del dolor. Es por lo anterior, que A. Holdgate, T. Pollock (Departamento de Medicina, Hospital St. George, Kogarah, Australia), examinaron las ventajas y desventajas relativas de los AINEs y de los opiáceos, apuntando a determinar qué tipo de droga es la más apropiada para el tratamiento del dolor durante un cólico renal agudo. Ellos analizaron los registros de Cochrane, Medline, Embase y referencias de los artículos recuperados, seleccionando los ensayos controlados que comparaban cualquier opiáceo contra cualquier AINEs para el cólico renal agudo y que hayan reportado los siguientes resultados: presencia, eliminación y recurrencia del dolor, necesidad de analgesia y acontecimientos adversos.

Se obtuvieron 20 trabajos con 1613 participantes. Tanto AINEs como opiáceos condujeron a reducciones clínicamente importantes en cuento al dolor de los pacientes. El sub-análisis de seis ensayos demostró una reducción mayor del dolor en personas tratadas con AINEs. Estos pacientes tuvieron significativamente menos probabilidad de requerir analgesia de rescate (RR de 0.75; IC del 95%, 0.61 a 0.93) y la mayoría de las investigaciones demostraron una incidencia superior de acontecimientos adversos en pacientes tratados con opiáceos, de hecho los AINEs tuvieron notoriamente menos frecuencia de vómitos (0.35, 0.23 a 0.53). La petidina estuvo asociada a un índice más alto de vómitos.

En conclusión, los pacientes que reciben AINEs alcanzan reducciones mayores del dolor y requieren menos analgesia adicional a corto plazo comparado con los que reciben opiáceos. En general estos últimos, particularmente la petidina, se ligan a índices más altos de vómitos.

Fuente bibliográfica

BMJ 2004 Jun 12; 328(7453):1401-8

Ciencia y Medicina

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