Psiquiatría
Terapia informatizada puede tratar la depresión
Una cuarta parte de los jóvenes han experimentado un trastorno depresivo a los 19 años de edad, siendo causa importante de discapacidad. Existen manejos efectivos, como la terapia cognitivo-conductual recomendada para casos leves a moderados del trastorno depresivo. Sin embargo, menos de una quinta parte de ellos recibe tratamiento, en parte debido a la escasez de profesionales y a que los jóvenes pueden ser reacios a buscar apoyo tradicional. De otra manera, el tratamiento informatizado ofrece una perspectiva de futuro y apelar a los "nativos digitales" de hoy. Probablemente su coste sea sustancialmente inferior a la terapia tradicional y es capaz de aumentar el acceso al tratamiento.
Sally N. Merry y colaboradores (Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda), evaluaron si una intervención cognitiva informatizada (SPARX) podría reducir los síntomas depresivos de los adolescentes. Se realizó un estudio multicéntrico, aleatorizado y controlado en 24 centros de atención primaria, que consideró a 187 adolescentes de 12 a 19 años: 94 fueron asignados a SPARX y 93 a tratamiento habitual. La terapia cognitivo-conductual informatizada comprendía siete módulos entregados en un período entre cuatro y siete semanas, así como el tratamiento usual. El resultado primario fue el cambio de la puntuación en la calificación de la depresión y los secundarios incluyeron la respuesta y remisión de la depresión, estado de ánimo y el cuestionario de sentimientos, ansiedad, calidad de vida y la satisfacción general.
Se asignaron 94 participantes a SPARX (edad media 15,6 años, 62,8% mujeres) y 93 al manejo habitual (media de edad de 15,6 años, 68,8% mujeres). 170 adolescentes (91%, SPARX n = 85, tratamiento habitual n = 85) fueron evaluados después de la intervención y 168 (90%, SPARX n = 83, tratamiento habitual n = 85) se controlaron a los tres meses de seguimiento. El análisis por protocolo (n = 143) demostró que SPARX no fue inferior al tratamiento habitual, y tras la intervención se observó una reducción media de 10,32 con SPARX y 7,59 con la terapia habitual en los puntajes de depresión (diferencia entre los grupos 2,73, intervalo de confianza del 95% -0,31 a 5,77, p = 0,079). Las tasas de remisión fueron significativamente mayores en el grupo SPARX (n = 31, 43,7%) que en el control (n = 19, 26,4%) (diferencia de 17,3%, intervalo de confianza del 95%, 1,6% al 31,8%, p = 0,030 ) y las tasas de respuesta no difirieron significativamente entre SPARX (66,2%, n = 47) y el grupo control (58,3%, n = 42) (diferencia de 7,9%, -7,9% a 24%, p = 0,332). Los análisis por intención de tratar confirmaron estos hallazgos y las mejoras se mantuvieron durante el seguimiento. La frecuencia de eventos adversos clasificados como "posiblemente" o "probablemente" en relación a la intervención no fue diferente entre los grupos (SPARX n = 11; tratamiento habitual n = 11).
Finalmente, SPARX es una alternativa a la atención habitual para los adolescentes que presentan síntomas depresivos en atención primaria.
Fuente bibliográfica
BMJ 2012;344:e2598 doi: 10.1136/bmj.e2598
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