Nutrición
La alimentación influye sobre el efecto de las bebidas dietéticas
Varios estudios longitudinales han informado que el consumo de bebidas dietéticas está relacionado con el aumento de los riesgos cardiovasculares y metabólicos. En la actualidad, la Asociación Americana de Diabetes y muchos programas de pérdida de peso recomiendan este tipo de líquidos como un medio para reducir el consumo de energía y por lo tanto, promover el control y la pérdida de peso. Lamentablemente, los datos que apoyan estas recomendaciones son limitados.
Para examinar la asociación conjunta e independiente entre el patrón dietético y el consumo de bebidas de dieta con el riesgo cardiometabólico, Kiyah J. Duffey y colaboradores (Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos), analizaron los datos de un estudio prospectivo que duró 20 años: Aparición de Riesgo Arterial Coronario en Adultos Jóvenes (CARDIA, por sus siglas en inglés). Se identificaron los hábitos alimentarios al inicio (año 0) [prudente (mayor consumo de frutas, granos enteros, leche, nueces y semillas, n = 1.778) y occidental (elevada ingesta de comida rápida, carne, pizza y bocadillos, n = 2.383)] y se examinó la interacción con el consumo de bebidas dietéticas (consumidores en comparación con no consumidores).
Entre los consumidores, el 66% fue clasificado con una dieta prudente. En los modelos ajustados, ser un no consumidor con una dieta prudente se asoció independientemente con un menor riesgo de síndrome metabólico. El menor riesgo de la dieta prudente se mantuvo después de la estratificación por el consumo de bebida dietética: los no consumidores prudentes tenían menor riesgo de poseer una gran circunferencia de cintura (R: 0,78, IC del 95%: 0,62 a 0,97), niveles altos de triglicéridos (R: 0,72 IC del 95%: 0,56 a 0,93) y síndrome metabólico (R: 0,64, IC del 95%: 0,50 a 0,82), en comparación con los consumidores occidentales.
Finalmente, estos resultados sugieren que el patrón global de la dieta y el consumo de refrescos de dieta son importantes, en diversos grados, para los diferentes resultados metabólicos. Esta co-variación e interacción podría explicar parcialmente las diferencias en la relación entre el consumo de bebidas dietéticas y la salud cardiometabólica observada en estudios previos.
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