

IV
La enseñanza que me dejó este caso no cayó en
saco roto. Leopoldo Peluffo, pocos meses después
de haber vivido el segundo caso que hemos
relatado, fue a París a hacer su especialización
en Neurología Infantil, en el servicio del profesor
Stéphane Thieffry en el Hopital des Enfants
Malades. Llevaba pocos días, tratando de ubicarse
entre tantos staguiaires, muchos de ellos aún
en los albores de sus conocimientos clínicos,
cuando pasando visita con el interno y el jefe
de Clínica ven a un infante emaciado ello es
una rareza extrema en los países desarrollados,
eufórico y con nistagmus. El jefe de Clínica ya
veterano en las lides diagnosticas neurológicas,
preguntó a los presentes, luego de leer la historia
y de realizar el examen que les sugería ese caso.
Silencio absoluto, nadie aventuraba opinión tan
atrevida como extraviada. Fue tras ese prolongado
silencio que el nuevo del grupo, nuestro amigo
Leopoldo Peluffo, en un francés aún rudo, profirió
modestamente su opinión: <<Tumor del quiasma,
síndrome de emaciación diencefálica de Russell.
Desde ese día nadie lo puso en duda: fue
considerado como quelq´un.
14
enero
2018.
Volumen
17
-
N
°
71
Bibliografía:
1.-
Memorabilia. Una introducción a la Pediatría. Mañé G., F. Sindicato Médico del Uruguay. Montevideo
1997
.
2.-
Doctor Ricaldoni: ¿Usted asiste niños? En Memorabilia, Mañé G., F. Capítulo XI, pp
73-78
.
3.-
Russell A., A diencephalic sindrome of emaciacion in infance and childhood, Arch. Dis. Child.,
1951, 26:274-278.
4.-
Mañé Garzón, F., Santana Alfonso, R. y Purriel, J, Síndrome de Russell por tumor del quiasma óptico (Síndrome de emaciación diencefálica del lactante),
Arch. Pediatr. Uruguay,
1974, 45: 240-247.
5.-
www.smu.org.uy/publicaciones/noticias/noticias 87
/nueva.htm