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las manifestaciones clínicas y las imágenes son
inespecíficas, el retraso diagnóstico puede ser
considerable
9-11
.
El 50% de los pacientes suelen ser asintomá-
ticos. Los síntomas respiratorios más frecuentes
son tos, disnea, dolor toráxico y hemoptisis.
Los síntomas sistémicos como pérdida de peso
y fiebre están presentes en el 25%. En el LIV
predominan los síntomas sistémicos y el com-
promiso pulmonar es raramente diagnosticado
en vida aunque se encuentra afección pulmonar
en 60% de las autopsias
11
. Los LIV afectan con
mayor frecuencia el sistema nervioso central y la
piel. Su incidencia global se estima en un caso
por millón de habitantes
12
. El compromiso pul-
monar aislado es considerado excepcional. Sin
embargo, cuando está presente, el paciente puede
presentar hipoxemia. Dos de nuestros pacientes
tenían disnea (casos 1 y 4). El paciente con LIV
tenía síntomas constitucionales, sin hipoxemia y
estudios funcionales normales (caso 3). Los casos
2 y 4 presentaron tos.
En el LNH suelen ser opacidades alveolares
únicas (50-90%) y menores de 5 cm de diáme-
tro, el 50% se asocia con broncograma aéreo,
pueden ser múltiples (70-77%) y bilaterales
(60-70%)
10,11,14
. Otras manifestaciones menos
frecuentes son masa pulmonar y afección pleural
(< 10%)
11,15,16
. En los LH, comprenden en orden
de frecuencia nódulos pulmonares múltiples,
patrón reticular (afección linfática) y consolida-
ción lobar. El derrame pleural está presente en
el 8-16%
16
. El LIV pulmonar puede presentarse
sin anomalías radiológicas o bien puede haber
lesiones nodulares y consolidaciones
16
. Se han
descrito 2 casos con radiografías de tórax y TAC
normales, en los que el PET puso de manifiesto
compromiso pulmonar vascular
9,11,13
. Nuestros
pacientes se presentaron con derrame pleural
masivo y masa pulmonar por debajo (caso 1),
con una cavidad de paredes gruesas (caso 2), y
sin lesiones radiológicas y tomográficas (caso 3)
y con una masa pulmonar asociada a compromiso
endrobronquial (caso 4). Estas manifestaciones
radiológicas son consideradas infrecuentes en los
LPP y suelen evocar diagnósticos de condiciones
más usuales (ej. neumonía aguda, cáncer de pul-
món, tuberculosis).
El diagnóstico de los LPP se realiza por: biop-
sia quirúrgica (70%), biopsia transbronquial (30-
40%), punción guiada bajo TAC. Son orientado-
res de LPP la presencia de linfocitos pequeños
en el BAL
11
, la utilización conjunta de PET-TC
en pacientes con sospecha de enfermedades lin-
foproliferativas ha sido reportada en los últimos
años y podría ayudar al diagnóstico. Esta técnica
diagnóstica resultó particularmente útil en el caso
3, sin manifestaciones radiológicas y con TAC
normal. Debido a la captación difusa del PET,
se procedió a efectuar un lavado bronco-alveolar
que mostró un predominio de linfocitos pequeños
que motivó la biopsia quirúrgica. La utilidad del
PET-TC en el LIV ha sido descrita en otros re-
portes
17
. En general, se acepta que esta técnica de
imágenes funcionales híbridas (PET-TC) pueden
ser de gran utilidad el demostrar afectación de los
órganos a pesar de no observase cambios mor-
fológicos
17
. Se ha descrito la existencia de hasta
6 tumores primarios sincrónicos en un mismo
paciente por PET (carcinoma
in situ
)
18
. Su utili-
zación para el estudio de fiebre de origen prolon-
gado fue de ayuda diagnóstica en el 40 % de los
casos. En el caso de los linfomas, hay acuerdo
general en que el PET-TC se utiliza para estadifi-
cación, seguimiento y evaluación de la respuesta
al tratamiento
19
. En nuestros pacientes el PET-TC
permitió delimitar la enfermedad al pulmón (caso
1) y poner de manifiesto compromiso pulmonar
vascular no evidente por otros métodos (caso 3).
Debido a que las manifestaciones clínicas y
las imágenes son inespecíficas, y considerando
lo poco frecuentes, el retraso diagnóstico de los
LPP puede ser importante. Se estima que entre
el momento de las primeras manifestaciones
clínicas y la consulta médica transcurrieron entre
2 y 6 meses, mientras que desde el momento de
la consulta inicial hasta el diagnóstico de LPP el
tiempo transcurrido fue de 45 a 90 días. Se ha
descripto que el 45% de los considerados LPP al
momento de la cirugía tenían afección mediasti-
nal
1,15
. Nuestros pacientes no tenían evidencias de
compromiso mediastinal (por cirugía o por PET).
Este reporte confirma la baja incidencia de
LPP, y sus manifestaciones clínicas y radiologías
poco específicas. Esto puede contribuir a las de-
moras en el diagnóstico. Si bien no es infrecuente
el diagnóstico mediante anatomía patológica o
autopsias
1,15
, estos casos fueron diagnosticados en
vida. Por todo esto, los LPP siguen siendo un de-
safío diagnóstico. En algunos casos el PET puede
contribuir, a mejorar rendimiento diagnóstico, en
especial en pacientes sin compromiso pulmonar
manifiesto en las imágenes y probablemente pue-
da contribuir a mejorar el pronóstico si se detecta
en etapa temprana
16
.
Bibliografía
1.- Cadranel J, Wislez M, Antoine M. Primary
pulmonary lymphoma. Eur Respir J; 2002; 20: 750-62.
2.- Martínez Rivera C, Bonnin VilaplanaM,
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J. C. Villarroel S. et al.
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