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El menoscabo considera la pérdida de audibilidad, inteligibilidad y
eficiencia funcional del habla y define:
CLASE I : Menoscabo Laboral Permanente 1% - 14%. “La audibilidad
del habla es mala en autobuses, restaurantes. Es inteligible, pero comete
errores. La eficiencia funcional encuentra dificultades, tiene
interrupciones o lo hace despacio”.
CLASE II: Menoscabo Laboral Permanente 15% - 34%. “Puede hacerse
oír sólo en conversación con otra persona; no es audible en sitios
ruidosos. Personas extrañas encuentran dificultades para entenderle. Se
fatiga rápidamente, conversa sólo breves períodos”.
CLASE III: Menoscabo Laboral Permanente 35% - 49%. “Puede
hacerse oír en pocas ocasiones, la voz es susurrada , no puede hablar por
teléfono. Algunas unidades fonéticas no se le entienden. Le cuesta
trabajo hablar y lo hace despacio”.
Estas normas, sólo establecen un criterio clínico subjetivo y no
mencionan otro tipo de estudios. Creemos que existen vacíos
importantes en la legislación vigente en la evaluación de las disfonías,
sean éstas de origen natural o común y las disfonías profesionales. Son
pocos los estudios a nivel nacional y foráneos que evalúan las disfonías y
las lesiones de cuerdas vocales (4).
La presencia de disfonía funcional, puede provocar con el tiempo la
aparición de lesiones orgánicas benignas (nódulos/pólipos, laringitis
crónica, quistes y cicatrices) de las mismas cuerdas, las que a su vez
perpetúan la propia disfonía. Los usuarios profesionales de la voz, son
un grupo profesional de personas muy heterogéneas, entre los que se
destacan cantantes, actores, locutores, operadores telefónicos,
profesores, abogados, recepcionistas, entrenadores, políticos,
vendedores, médicos o cualquier persona que usa su voz como medio de
trabajo habitual. En ellos, el riesgo de producir lesiones orgánicas está
relacionado con el números elevado de horas , continuidad y esfuerzo
vocal, a los que se le puede sumar factores de riesgo no relacionados