

.
EDITORIAL
.
EL NIÑO Y SU FAMILIA: EFECTOS DE LA HOSPITALIZACIÓN
Dr. Jaime Valderas J., Servicio de Pediatría HCSBA - Unidad de agudos
Profesor Asistente de Pediatría Universidad de Chile.
Algo de Historia
Antes de la era antibiótica, la hospitalización,
como medida de aislamiento era el principal
tratamiento dado por la necesidad de frenar la
diseminación de dicha enfermedad, siendo el
paciente alejado de su familia y seres queridos
por largos períodos de tiempo, no existiendo
grandes cuestionamientos a estas medidas hasta
que, recién, Florence Nightingale puso en duda
el beneficio real de la separación del niño y
su entorno. En
1946
, el psicólogo René Spitz
describe un tipo de Depresión que se produce en
bebés (de
6
a
9
meses) cuando son separados de
una madre amorosa por un período de tres meses
o más, observado en niños institucionalizados
y posteriormente en niños hospitalizados. En
Inglaterra en
1950
, fue necesaria una ley que
permitiera el ingreso de los padres a los hospitales
para acompañar a sus hijos internados y en EE. UU.
sólo se permitía el ingreso de padres por
2
horas
a la semana. Recién en
1986
se publica la carta de
Derechos del Niño Hospitalizado, siendo en
1990
ratificada por Chile, cuyo objetivo es hacer valer
y reconocer la dignidad intrínseca y los derechos
iguales e inalienables de todos los niños.
Impacto del Problema
No hay muchos estudios que enfrenten este
problema. Algunas estadísticas chilenas estiman
que entre un
10
y
37
% de los niños y jóvenes
menores de
18
años hospitalizados presentarían
alguna alteración sicoemocional. Cifras similares
se observan en otros países latinoamericanos.
La hospitalización puede ser una herramienta
muy útil utilizada en forma adecuada y juiciosa,
pero en una proporción no despreciable se utiliza
en forma no adecuada, pudiendo, un ingreso
hospitalario, ser no justificado hasta en un
17
% y
la estancia hospitalaria mayor a la requerida hasta
un
15
%, por lo que este dato es el primer
llamado de atención a nuestra responsabilidad
profesional.
Características del Paciente Pediátrico
La niñez y adolescencia, se caracterizan por una
mayor vulnerabilidad somática, psicoafectiva y
social. El niño tiene un pensamiento de tipo
concreto (comprende lo que “conoce, observa
y toca”) y una percepción del tiempo diferente
a la del adulto. Es egocéntrico.
En relación al concepto de muerte, este varía
según su edad y desarrollo:
•
Aproximadamente a los
4
años el niño tiene
un concepto muy elemental de la muerte, sus
pensamientos no le permiten entender que es
una situación irreversible. Al decirle que alguien
conocido murió lo escuchará sin grandes
demostraciones afectivas y a los pocos días
volverá a preguntar por la misma persona.
•
Aproximadamente a los 6 años comienza a tomar
conciencia que sus padres se pueden morir y ello
le genera mucha angustia.
•
Aproximadamente entre los
7
y los
8
años el
niño toma conciencia de que todos podemos
3
enero
2018.
Volumen
17
-
N
°
71