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Con TIVA no recuerdo haber tenido pacientes asmáticos que
presentaran una crisis intraoperatoria e incluso en una ocasión con un
enfermo de urgencia, asmático en crisis severa, presenciamos un
inesperado e importante descenso de las presiones intrapulmonares una
vez cursada las drogas anestésicas intravenosas y sin mediar fármacos
específicos para el asma, logrando auscultar el murmullo pulmonar
normal y la ausencia de sibilancias. Al cese de la intervención el paciente
despertó sin signología respiratoria. En base a estas observaciones
personales es que puedo asegurar a los pacientes asmáticos que de las
diferentes técnicas en uso, la anestesia general intravenosa es la más
segura para evitar la aparición de una crisis intraoperatoria. Lo anterior
me lleva a pensar que los medicamentos utilizados en la TIVA inducen la
relajación de la musculatura lisa bronquial. Por el contrario, pacientes
con antecedente de asma bronquial con o sin tratamiento, al ser
sometidos a gases halogenados, frecuentemente desarrollan crisis
obstructivas intraoperatorias, y aún enfermos sin historia pulmonar
pueden presentar crisis de broncoconstricción, debiendo ser tratados con
broncodilatadores intravenosos como la aminofilina. De alguna manera
los gases halogenados parecen producir una "rigidizacion" del pulmón.
En relación a otros músculos lisos, en pacientes operados en posición
decúbito ventral, en quienes la sonda nasogástrica drenaba
corrientemente unos 100 a 200 ml de líquido bilioso en el caso de uso de
gases, pudimos observar que la TIVA hacía casi innecesaria la sonda, ya
que no obteníamos residuo gástrico, lo que hace pensar que esta
anestesia no altera la musculatura lisa digestiva, a diferencia de los gases
que podrían relajar el esfínter pilórico.
Otras ventajas que deseo destacar de la TIVA es la ausencia de riesgo de
hipertermia maligna y la seguridad cardiovascular ante el uso
intraoperatorio de catecolaminas, puesto que el propofol no ‘sensibiliza’
el músculo cardíaco al efecto adrenérgico tópico ni sistémico. Solamente
en caso de grandes dosis o de inyección intravascular indeseada hemos
observado algunas arritmias, habitualmente taquicardia de muy corta
duración y fácil reversión, sin aparición de extrasistolía ventricular.