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Guías de Práctica Clínica en Pediatría

Intervención terapéutica

Lo primero debe ser sentar las bases para el vínculo terapéutico con el fin de diagnosticar

psicopatología, evaluar características del intento para determinar riesgo de reintento y determinar

otros factores de riesgo en el intentador. Paralelamente hay que evaluar factores de riesgo en la

familia y la capacidad de esta de hacerse cargo del menor. Con todo lo anterior, incluidos

evaluación de factores protectores, podemos determinar modalidad de continuación de tratamiento.

Elementos que confieren alta peligrosidad a un intento suicida:

– Pensamiento repetitivo y persistente de muerte de larga data.

– Plan altamente elaborado y bien preparado (consiguió arma o cuerda, ha comprado o juntado

medicamentos).

– Precauciones para no ser ayudado con ausencia de medidas de escape.

– Presencia de patología psiquiátrica grave con asociación de otros factores de riesgo.

– Utilizar método de alta letalidad (arma de fuego, colgarse, tirarse al vacío).

– Severidad de la ideación con ideación persistente posintento.

– Decepción por seguir vivo sin arrepentimiento.

– Grave compromiso físico.

Manejo de una urgencia suicida. Intervención en crisis

– Cuandolaurgenciasuicidasepresentacomosuicidiofrustrado,enprimerlugarseatenderálacondición

somática y una vez superado el riesgo vital, se procederá a la evaluación y atención psicológica.

– El objetivo final es convertir una urgencia suicida en una situación manejable que puede o

no requerir psicoterapia a largo plazo

– Es prioritario el establecer una alianza terapéutica con el paciente porque hay que realizar un

proceso de identificación del problema y selección de las soluciones. (A cada problema se le

buscan soluciones y cada solución debe ser evaluada en cuanto a riesgos y beneficios).

– Debemos ayudarle a liberar sus afectos y sentimientos más dolorosos, recordando que esta

liberación no constituye el punto final de esta intervención Tratar de consolarlo por lo general

es contraproducente. Se debe identificar lo que el individuo siente, legitimar su emoción y

comunicar tolerancia a la expresión emocional.

– Es el mejor momento para involucrar a los familiares en el tratamiento porque es cuando

están más predispuestos, se puede obtener más información del desencadenante y se puede

dar mayor potencia de intervención en el núcleo familiar y circulo cercano.

– Otro aspecto muy utilizado pero de impacto desconocido son los “contratos de no suicidio”

verbales o escritos que es un compromiso explícito por parte del paciente de no dañarse omatarse

después de una negociación donde se ofrece disponibilidad recíproca. Su utilidad diagnóstica es

reconocer el intento y su utilidad terapéutica es dar ayuda en el inicio de la alianza terapéutica,

dar autonomía y responsabilidad reciproca ayudando también a reducir ansiedad del paciente y

del clínico.Este no reemplaza la evaluación o plan integral de tratamiento.

– Por razones legales tener registro escrito de la intervención realizada.

– Si la técnica de intervención en crisis fracasa, se requiere hospitalización.

– Si no existe tiempo para la intervención en crisis, debe plantearse la hospitalización.

Decisión de ingreso hospitalario

Deben sopesarse las ventajas y los inconvenientes del ingreso por un lado y el tratamiento

ambulatorio por otro. En esta decisión de ingreso hay que tener presente la intensidad de la

intencionalidad suicida, la calidad de controles internos (control de impulsos) y la calidad de

controles externos (familiares que vigilen al paciente y supervisen medicación).

Son indicaciones de ingreso hospitalario

– Trastorno psiquiátrico importante