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Mediciones de Calidad de Vida
Diversas mediciones de calidad de vida pueden ser utilizadas, incluyendo
el Índice de Discapacidad Vocal o Voice Handicap Index (VHI)
13
y
Calidad de Vida en Relación a la Voz o Voice-Related Quality of Life (V-
RQOL)
18, 19
, así como otros con aplicación a la voz cantada y a la voz
pediátrica
20
. Estos instrumentos son cuestionarios de autorrespuesta que
reflejan la percepción del paciente de su calidad de vida en lo relativo a la
voz. Tales análisis tienen importancia para identificar cuán perturbador
es el trastorno vocal para el paciente y para monitorizar la mejoría en su
calidad de vida a medida que progresa la terapia. La estimación
perceptiva del paciente sobre la magnitud de su problema vocal, también
permite al equipo tratante determinar el grado de adhesión del propio
paciente con su programa terapéutico.
Estudios Neurofisiológicos
El uso de la electromiografía laríngea (LEMG)
1
, 5
en la evaluación de la
voz es controvertido
21
. Es universalmente aceptado como el método más
indicado para distinguir inmovilidad debida a parálisis versus la
ocasionada por un factor estructural como luxación o anquilosis de la
articulación cricoaritenoídea. Es también de utilidad para localizar los
músculos a inyectar con toxina botulínica, en pacientes con disfonía
espasmódica y en casos de temblor laríngeo
22
. En algunos casos una
paresia vocal sutil puede contribuir al trastorno vocal, siendo de utilidad
el diagnóstico por electromiografía. Otros estudios han demostrado que
la LEMG puede ayudar a discernir acerca del lado afectado por la
paresia, en pacientes con movimiento asimétrico, casos en que el examen
clínico puede ser engañoso
23, 24
. Los autores habitualmente reservan la
LEMG diagnóstica para pacientes complejos, en que hay sospecha de
paresia laríngea y en quienes no se obtiene el progreso esperado con la
terapia vocal.