NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA
C o n t e n i d o d i s p o n i b l e e n h t t p : / / www. n e umo l o g i a - p e d i a t r i c a . cl 253 Monitorización cardio-respiratoria en lactantes Neumol Pediatr 2020; 15 (1): 251 - 256 equipos sencillos con luces que indicaban la inspiración, en los cuáles los padres debían completar un registro sobre el número de veces que se encendían, hasta los modernos equipos que permiten grabar extensos períodos y distintos eventos. Fue debido a las exigencias del Consenso del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos que estableció la necesidad de capturar los eventos, por lo que todo monitor de apneas actualmente debe tener la capacidad de registrar los eventos para su posterior análisis (11). Existe una gran variedad de monitores cardio- respiratorios para uso en domicilio que incluyen desde electrodos de electrocardiografía, sensores convencionales de impedancia en el tórax, y bandas en la caja torácica y abdomen para monitorizar la respiración por inductancia mediante pletismografía, hasta sensores de oximetría de pulso y de posición (5). Es importante recalcar que los monitores que sólo detectan apneas no son útiles en pacientes con obstrucción de vía aérea, ya que los esfuerzos respiratorios realizados durante el evento obstructivo no permitirán la activación de la alarma de apnea. Ante este escenario se debe considerar un monitor de oximetría de pulso alternativo al cardio-respiratorio (18). La Academia Americana de Pediatría reconoce la utilidad de los monitores cardio-respiratorios en la identificación de apneas en pacientes de alto riesgo, dejando siempre la decisión clínica en manos del médico tratante. Ante determinada situación, la información del paciente en conjunto con la opinión de los padres podría determinar ventajas y desventajas de la monitorización cardio-respiratoria domiciliaria. Específicamente, la monitorización podría ser de utilidad para el registro de eventos recurrentes y también para determinar el momento apropiado de la descontinuación. Otras condiciones en las que se recomienda la monitorización cardio-respiratoria son las que conllevan un mayor riesgo de muerte y que podrían beneficiarse de su reconocimiento rápido como ser la obstrucción de vía aérea, falla respiratoria, cese del aporte de oxígeno o falla del soporte ventilatorio (3,11). Los pacientes que han presentado ALTE/BRUE recurrente podrían beneficiarse del uso de monitorización cardio- respiratoria en domicilio cuando la causa no ha sido determinada, puesto que el registro acucioso de eventos podría mejorar la aproximación diagnóstica (5). De esta forma, la monitorización podría servir de apoyo diagnóstico detectando eventos no evidenciados durante la hospitalización. La monitorización cardio-respiratoria podría ser útil en forma indirecta ante la presencia de infecciones, como ocurre ante el incremento de apneas horas antes de la aparición de los primeros síntomas clínicos de la infección por virus respiratorio sincicial (19,20). En todos estos escenarios, la monitorización sirve si es capaz de entregar la información almacenada para su interpretación de forma detallada, puesto que los eventos registrados dan cuenta de un estado patológico determinado pero no son específicos de una enfermedad determinada. En pacientes con prematuridad tardía (edad gestacional 34 a 36 semanas) se ha descrito una alta prevalencia de apnea del prematuro entre 4 y 12%, sin que exista evidencia de que estos pacientes ameriten un manejo específico. Se ha hecho común la práctica de enviar estos recién nacidos al domicilio con monitorización cardio-respiratoria por un tiempo variable, lo que logra acortar el tiempo de hospitalización sin monitor (21,22); sin embargo, no se ha demostrado una real utilidad clínica. INDICACIONES PARA MONITORIZACIÓN CARDIO- RESPIRATORIA La prescripción de monitor cardio-respiratorio en domicilio ha cambiado significativamente desde la aparición de los monitores. Los avances en la tecnología y el conocimiento acerca de los eventos en lactantes permiten hoy tomar mejores decisiones para su uso. Situaciones clínicas que podrían beneficiarse de monitorización cardio-respiratoria: A continuación enumeramos situaciones clínicas en las que creemos que el uso de monitor podría garantizar información clínica diagnóstica y en algunas situaciones podría permitir la intervención de sus cuidadores (Tabla 1). 1.- Paciente con BRUE de alto riesgo Pacientes que se presentan con un episodio BRUE con factores de alto riesgo en quienes se considera monitorización medicamente necesaria. La utilidad de la monitorización tendría mejor rendimiento cuando el mecanismo causante presuntivo es de origen central y con fines diagnósticos. NO se justifica monitor en pacientes con BRUE de bajo riesgo (Edad > 60 días, primer episodio BRUE, duración < 60 segundos, Prematuridad EG > 32 semanas y edad actual > 45 semanas, sin maniobras de reanimación, sin antecedente MS, examen físico normal). El tiempo de monitorización para esta indicación es mínimo de 2 meses y hasta contar con un registro libre de eventos durante un período de 1 mes. El máximo de monitorización en este escenario es hasta el año de vida. 2.- Paciente con enfermedad neurológica Pacientes que presentan alguna enfermedad neurológica o metabólica de pronóstico grave que afecta potencialmente el control respiratorio durante los primeros meses de vida, mientras se encuentra en período diagnóstico. Estos pacientes podrían presentar apneas con compromiso severo que pudieran necesitar de intervención precoz. En ellos, la prescripción debe ser evaluada en forma individual de modo de planificar objetivos de la monitorización. El tiempo de monitorización para esta indicación es mínimo hasta completar el estudio neurológico (por ejemplo Poligrafía o Polisomnografía) y/o hasta 2 meses con un registro normal en domicilio. El tiempo máximo prudente sería de un año de vida si no presenta hospitalizaciones o consultas atribuibles a eventos que detecta el monitor en domicilio. 3.- Pacientes con apnea del prematuro Pacientes con apneas del prematuro severas o persistentes, con otras comorbilidades resueltas, que se encuentren hospitalizados en espera de cese de apneas. En este escenario, la monitorización cumple el objetivo de cuantificar el número de apneas, pero además podría justificar la intervención durante el evento, aunque su utilidad sea dudosa. La monitorización se considera en este escenario hasta cumplir las 44 semanas de edad gestacional y dos semanas libre de apneas, lo que ocurra al final.
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