GLAUCOMA

210 Pseudoexfoliación Capsular El síndrome de pseudoexfoliación es un trastorno relacionado con la edad, que se caracteriza por la producción y acumulación progresiva de pequeños depósitos blanquecinos (material fibrilar, que se observa como ceniza donde se deposita) en varios tejidos (ojo, piel y tejido celular subcutáneo, pulmones, hígado, corazón, vasos sanguíneos), este material es de origen proteico, generado de forma anómala por el propio organismo. Es una condición muy subdiagnósticada1, que fue descripta inicialmente por Lindberg en 19172, y su tesis fue posteriormente republicada en 19893. Antes llamado glaucoma capsular por el depósito de material fibrilar en la capsula anterior del cristalino, y su asociación a Hipertensión ocular4, y a un tipo de glaucoma de ángulo abierto, que se presentaba en pacientes de mayor edad, con presión intraocular más alta, y con un daño campimétrico y de la cabeza del nervio óptico más avanzado que en los pacientes con Glaucoma primario de ángulo abierto al momento del diagnóstico5. Es considerado el glaucoma secundario más frecuente en el mundo, aunque muchas veces es subdiagnósticado, como demuestran varios estudios estadísticos que basaban su diagnóstico, solo en los signos tardíos de presencia de material de pseudoexfoliación en el borde pupilar6-7. Según estudios epidemiológicos, es responsable del 20-25%, de los glaucomas de ángulo abierto, y representa la causa conocida más frecuente en todo el mundo. Su prevalencia es de 10 a 30 % en pacientes mayores de 60 años y no hay predominio por sexo8. Como síndrome es una condición multisistémica, afectando a gran parte del organismo, y es el ojo su órgano blanco, donde se puede hacer el diagnóstico clínico9. También se la describe como la enfermedad que más afecta al segmento anterior10 y, a la vez, la menos diagnosticada, por lo que puede pasar inadvertida, ante oftalmólogos con poca experiencia, que, al no conocerlo, no buscan e identifican los signos para su diagnóstico precoz. MANIFESTACIONES OCULARES Es su principal característica la presencia de depósitos finos, como ceniza en el borde pupilar (fig.1), con pérdida de tejido observable en el borde libre por retroiluminación en casos avanzados (fig.2). También se observa estos depósitos en la cápsula anterior del cristalino, donde se forma el signo de la escarapela (fig. 3), producido por el roce del borde del iris en sus movimientos regulares, barre el material y los distribuye, con un círculo central, en el centro de la pupila, un anillo limpio sin depósito, por donde se desplaza el borde pupilar, y un anillo periférico en la zona sin roce del iris. Esto se puede a veces detectar precozmente buscando el juego pupilar en la lámpara de hendidura con mínima luz (fig.4). Dr. Juan Sampaolesi Dr. Manuel José Justiniano

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